Guy MASSAT
Jacques Lacan y el Zen
El problema es que el saber del
consciente – « Saber que es saber que se sabe »
- reposa sobre la evidencia del principio de
identidad : A=A. Este principio prohibe
preguntarse si A es igual, verdaderamente, a
A. Si A es verdaderamente A. Nosotros
estamos tan habituados a los principios de la
lógica formal que nosotros no juramos más
que según ella, así se ignore esto. Es igual
cuando la experiencia nos muestra que hay
falsas evidencias. ¿Habría otra cosas que
evidencias ? Sí, había ya señalado Heráclito, y
es lo que se decuida, decía él, « también antes
que después de haber hecho la experiencia »,
por ejemplo, el lapsus y el acto fallido.
Señalemos, para seguir a Heráclito, que para
que el principio de identidad sea cierto, para
que haya una identidad indiscutiblemente
verdadera entre A y A, faltaría que esa
segunda A se encuentre en el mismo lugar y
en el mismo momento que el primero. Pero
no lo está. Faltaría para eso detener el tiempo,
lo que es imposible.
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